- Escrito por Miguel Hernández Girón
- Publicado en Novela
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La música y el vacío en "Al sur de la frontera, al oeste del sol" de Haruki Murakami
La relación entre la música y la literatura ha sido referida por Haruki Murakami en numerosas ocasiones. En una entrevista al periódico New York Times, a mediados de 2007, afirmó:
Ya sea en la música o en la ficción, lo más elemental es el ritmo. Tu estilo tiene que tener un buen ritmo, natural y continuo, o la gente no seguirá leyendo tu obra. Conocí la importancia del ritmo gracias a la música, y principalmente por el jazz. Luego está la melodía, que en la literatura significa la colocación adecuada de las palabras para que sigan el ritmo. Si las palabras encajan con el ritmo de modo fluido y hermoso, no puedes pedir más. A continuación, está la armonía, los sonidos mentales internos en los que se sustentan las palabras. Y luego viene la parte que más me gusta: la improvisación libre. A través de un canal especial, la historia mana con libertad desde dentro. Lo único que tengo que hacer es dejarme llevar.
El Zenkyoto y la música en "Al sur de la frontera, al oeste del sol"
En la obra de Murakami la música está presente en la forma de la escritura pero también se inserta en la historia de los personajes y es fundamental en la diégesis. Un ejemplo de esto ocurre en la novela "Al sur de la frontera, al oeste del sol" con la historia de los protagonistas, Hajime y de Shimamoto. En la novela los dos son muy amigos en la infancia pero cuando llegan a la adolescencia toman caminos diferentes. Todo esto ocurre en un momento histórico de Japón que Hajime explica:
Nosotros pertenecíamos a la generación de la última mitad de los sesenta y principios de los setenta, habíamos vivido una época de las violentas luchas estudiantiles. Nos gustara o no, pertenecíamos a aquella época. La nuestra, a grandes rasgos, era la generación que había alzado un “NO” a la lógica del neocapitalismo avanzado que había devorado los ideales surgidos en la posguerra. Como mínimo, yo me daba cuenta. Aquella había sido la fiebre violenta que acompañaba al punto de inflexión de la sociedad. Pero el mundo en el que me encontraba se asentaba sobre la lógica de ese capitalismo avanzado. Y, sin que lo hubiera advertido, ese mundo me había absorbido por entero.
Este momento histórico que comenta Hajime pertenece al nacimiento de uno de los movimientos juveniles más importantes de Japón, que canalizó las aspiraciones de muchos jóvenes hasta entonces sin interés en la política de su país. Una búsqueda de individualidad capaz de modificar radicalmente la universidad y la sociedad japonesas. Este movimiento fue el Zenkyoto, cuyo ideal era luchar contra la política exterior de Japón y la política interna universitaria.
Honne-tatemae, la dualidad realidad-apariencia en la cultura japonesa
Sin embargo, no fue suficiente, pues la mayoría de aquellos jóvenes terminaron domesticados por el sistema, como el protagonista de "Al sur de la frontera, al oeste del sol", Hajime, que a pesar suyo, terminó en un trabajo de oficina en una editorial. Luego se casa con Yukiko y lleva una vida apacible hasta que la reaparición de Shimamoto desestabiliza todo. Su presencia lo desequilibrará al punto de querer abandonar la vida que lleva. Antes de que ello ocurra el protagonista nos lleva hasta sus años de infancia compartidos con Shimamoto y utiliza la música como vehículo referente. Acerca de una canción de Nat King Cole, Hajime nos dice lo siguiente:
Nat King Cole cantaba “Pretend”. Yo claro está, no entendía ni una palabra de la canción en inglés. A mis oídos sonaba como un conjuro. Pero a nosotros nos gustaba y, como la habíamos escuchado tantas veces, nos habíamos aprendido de memoria los primeros versos. “Pretend you’re happy when you’ re blue It isn’t very hard to do”. Ahora si entiendo lo que significa. “Cuando estés triste, finge que eres feliz. No es tan difícil”: igual que la sonrisa que ella esbozaba siempre. Esa es desde luego, una manera de ver las cosas. Pero a veces cuesta.
Aquí el personaje plantea un hecho fundamental dentro de la cultura japonesa, la división entre honne- tatemae, es decir “realidad-apariencia”. Un concepto que trae tras de sí maneras de conductas sociales, de situaciones comunicativas que debe asumir el individuo según el contexto en el que se desenvuelve: familia, amigos, grupos de trabajo. Está ligado a otras dos fórmulas comunicativas de comportamiento social: wa (armonía) y rei (etiqueta, educación, reverencia, gratitud).
Dice Carlos Rubio en su libro “El Japón de Murakami”:
En Japón la insistencia de esas dos nociones contribuyó al desarrollo y refinamiento de un código de conducta que exigía un cuidadoso control de las acciones, palabras, posturas, gestos, cuando estaban expuestos al público, es decir un control meticuloso de todo lo exterior. Esto es expresarse en clave de Tatemae, la apariencia. Por otro lado, estaba y está, el libre y espontáneo discurrir de los pensamientos, el brote de los sentimientos individuales que nacen en el corazón de forma tan irreprimible en todas las personas, sean de Japón o de cualquier otro país del mundo. Esto es clave Honne (intención verdadera).
En otras palabras, es la represión de los sentimientos como manera ética de comportamiento social. Eso es lo que comunica Murakami con “Pretend” de Nat King Cole, canción evocada por Hajime en el apartado que se ha citado arriba.
El concepto de "vacío" en Murakami
Hay en la obra de Murakami una fascinación por el concepto del "vacío". Lo vemos en sus novelas "Crónica del pájaro que da cuerda al mundo", "Kafka en la orilla", "After Dark", en los relatos de "Sauce ciego, mujer dormida", "Sputnik mi amor", "Tokio Blues" y por supuesto en "Al sur de la frontera, al oeste del sol". En esta última Shimamoto, ya adulta en su encuentro con Hajime, refleja en su rostro “el vacío infinito” y lo confirma con sus palabras: “Que curioso, tú quieres llenar el vacío de esos años, y yo quiero dejar esos años en blanco”.
Veamos cómo el vehículo para querer llenar ese vacío es la música. Murakami nos describe a dos niños, hijos únicos, inmersos en un mundo fascinante para ellos, especialmente para Hajime, quien recuerda que le hablaban de “otro mundo” y que lo que más le atraía de ese mundo era que Shimamoto pertenecía a él. Al respecto recuerda:
Así, dos veces por semana nos sentábamos en el sofá y, mientras saboreábamos el té que nos había traído su madre, pasábamos la tarde escuchando las oberturas de Rossini, La Pastoral de Beethoven y Peer Gynt.
"Peer Gynt", música e intertextualidad en "Al sur de la frontera, al oeste del sol"
La música cubre ese vacío y además plantea un subtexto que está vinculado a los personajes. Esta obra "Peer Gynt", es de Edvard Grieg, y su mención en la novela de Murakami no gratuita. A Grieg se le considera el más importante compositor noruego del siglo XIX. "Peer Gynt" es una obra inspirada en la obra del mismo nombre del dramaturgo Henryk Ibsen, que tomaba como base el folklore y la mitología nórdica para contar la vida de un ambicioso muchacho que vive insólitas aventuras. En la obra de Ibsen, Peer Gynt es un personaje muy peculiar.
Peer Gynt es un travieso muchacho de aldea que sueña con ser rico y poderoso, pero en el que subyace también un alma de artista. Sin embargo, sus vecinos no dejan de quejarse de su comportamiento, para disgusto de su madre, Ase. Peer acude a una boda, donde conoce a Solveig, pero el rechazo inicial de la muchacha le ofusca y secuestra a la novia, Ingrid, en plena ceremonia, para abandonarla después en unas montañas. Posteriormente Peer seduce a la hija del rey de las montañas y los trolls que amenazan comérselo si no se casa con ella. Aunque la perspectiva de heredar el reino le atrae, Peer comprende que acabará por convertirse también en monstruo y consigue escapar.
Posteriormente se encontrará con la hija del rey de las montañas, que ha tenido un hijo monstruoso de la esporádica unión entre ambos. Tras la muerte de Ase, Peer viaja a África donde se convierte en tratante de esclavos y mercader. Tomado por profeta, un jeque lo aloja en su séquito, pero él secuestra a la bella Anitra, que finalmente escapa de sus garras, dejándole a su suerte en el desierto. Poco después Gynt vuelve con sus riquezas a su país, pero una tormenta hunde su barco frente a las costas y su regreso se demorará aún más. Pasados veinte años es un hombre cansado, que se encuentra con un extraño personaje, la Sombra, que de alguna manera siempre ha estado presente en sus aventuras. La Sombra le hace ver que su destino está en brazos de la mujer enamorada que aún lo espera, Solveig. Finalmente, el aventurero regresa y encuentra la redención en los brazos de aquella que siempre lo había esperado y lo acuna en sus brazos mientras le canta una canción de cuna.
El personaje Hajime de Murakami tiene rasgos del Peer Gynt de Ibsen. La soledad, las mujeres, el divagar, el destino forman parte de la vida de Hajime. La sombra es Shimamoto y la mujer amada que le espera es Yukiko. La música, entonces, no sólo llena el vacío de los personajes, también establece un diálogo oculto con la diégesis que propone un ritmo subterráneo aporta nuevos signos y significados a la obra.
Miguel Hernández Girón
Miguel Hernández Girón, escritor, periodista y docente. Maestro en Creación Literaria de la Universidad Central. Ganador de tres Premios Simón Bolívar en la Categoría de Mejor Programa Cultural Radial con la emisora HJCK. Autor del libro de cuentos "Todo el tiempo decimos".
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