- Escrito por Héctor A. Calderón B.
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Meridiano 157, paralelo 48 - Cráter lunar Julio Garavito Armero
La luna es un satélite natural que ha inspirado a poetas, científicos, artistas y alguno que otro lunático. Desde hace miles de años acompaña nuestra existencia y siempre nos muestra la misma cara aunque en su anverso oculte formas y misterios. En su superficie hay 1,185 cráteres. Uno de ellos tiene 80 kilómetros de diámetro y está ubicado en el hemisferio sur a 48° de longitud por 157° de longitud oriental, al sur del mar Ingenii y diagonal al cráter Julio Verne. Ese fenómeno de la geografía lunar fue bautizado con el nombre de un colombiano que miró la luna con otros ojos.
Observatorio Astronómico de Bogotá
Ubicado en una zona que fue observatorio astronómico Muisca
Un observador del cielo
Julio Garavito Armero aprendió sus primeras letras en un libro de cosmografía. Con imaginación viva e inteligencia brillante dio muestras de su capacidad intelectual desde muy temprana edad, a los 11 años calculó su primer calendario. En el colegio San Bartolomé mostró su predilección por las ciencias exactas y la astronomía. Lo atraían tanto los números y problemas matemáticos que en los ratos libres jugaba a desafiarse con enigmas numéricos a los que solía responder con soluciones originales.
Su primer gran maestro fue el profesor Manuel Antonio Rueda hombre de números y autor de libros que se empleaban para la enseñanza de las asignaturas de aritmética, álgebra y contabilidad. Su maestro le inculcó una educación laica donde la razón, como era de esperar en hombres de ciencia, primaba por encima de cualquier dogma o sin sentido ajeno a lo exacto. Y pese a la timidez que lo caracterizaba como un alumno muy callado, no dudó en cuestionar la exagerada disciplina de los métodos de enseñanza del momento.
La Guerra de los Mil Días y el atraso
En 1884 se graduó como bachiller en filosofía y letras pero tuvo que esperar dos años para comenzar sus estudios superiores, el conflicto armado de aquel entonces no permitió abrir las universidades. Mientras esperaba que la guerra llegara su fin, se dedicó a trabajar para poder vivir y continuar por su cuenta los estudios matemáticos. Luego, en la facultad de ingeniería, desarrolló todo ese potencial represado en dos años. En muy poco tiempo fue reconocido como uno de los mejores estudiantes especialmente en las asignaturas de cálculo infinitesimal, astronomía, mecánica racional y análisis.
Un año antes de graduarse publicó su primer trabajo científico en la revista anales de ingeniería, de la que sería uno de sus más fecundos colaboradores. En 1891 se graduó y de inmediato fue nombrado profesor de cálculo, mecánica racional y astronomía, asignaturas de las que sería catedrático hasta su muerte. Un año después fue nombrado director del observatorio astronómico y profesor de la escuela de ingeniería. Sin embargo, la violencia de nuevo se hizo presente e impidió el normal desarrollo de la academia y la ciencia.
La guerra de los Mil Días trajo dificultades económicas y las clases se vieron afectadas. Julio Garavito, junto con un puñado de maestros, continuó enseñando de manera gratuita en el observatorio astronómico. Y fue precisamente allí en donde hizo los mayores aportes para el país. Se empeñó en obtener el mapa geográfico de Colombia. Los presupuestos para el proyecto eran muy limitados y tuvo que emplearse a fondo para buscar soluciones creativas que respondieron a los altos costos del proyecto.
De igual manera sacó adelante un estudio sobre la metereología de Bogotá y frente a las circunstancias adversas logró establecer, con métodos sencillos y cálculos de distancias, las medidas meteorológicas con una precisión que las mediciones posteriores confirmaron. Otro de sus proyectos más reconocidos fueron las observaciones que realizó a un cometa con muy pocos recursos, iniciar una serie de trabajos sobre la mecánica celeste.
El reconocimiento internacional
Julio Garavito no tuvo dinero, ni grandes bienes, se dedicó al estudio y a la enseñanza. Así lo recordó Arturo Ramírez, ex rector de la Universidad Nacional, un 26 de abril de 1996 en la inauguración de un bronce en su honor. En aquella ocasión el profesor Ramírez destacó la obra de Garavito por la invención de métodos propios, ajustados a las circunstancias y limitaciones de "extremas penuria del país y las instituciones de la época. Las dificultades las consideró condiciones especiales de un problema que tenía que resolver”.
Los trabajos de Garavito alcanzaron reconocimiento internacional. Un estudio sobre los movimientos lunares fue citado por profesores de la Universidad de Yale y el Observatorio Naval de Washington. Ejerció la docencia y la investigación hasta sus últimos días. Por iniciativa suya se abrió la oficina de longitudes, dependencia que le daría origen posteriormente el Instituto geográfico Agustín Codazzi. Escribió artículos sobre matemáticas, astronomía, óptica y economía.
La Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito
En la actualidad una universidad lleva su nombre: la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito honra así su memoria. Murió a los 55 años, el 11 de marzo de 1920. Fue un defensor de la búsqueda de la verdad a través de la ciencia que formó generaciones de matemáticos, ingenieros y astrónomos.
Para Julio Garavito Armero no existieron los límites, solo los retos. Ni la guerra, ni los bajos presupuestos lo detuvieron. Cuando tuvo que hacerlo, siguió enseñando sin un peso a cambio a pesar de de ser un hombre de condiciones económicas austeras.
Dejó un legado científico y sus estudios fueron útiles para que la NASA alcanzara la luna. Su muerte la lloró el país en 1920. Fue reconocido en vida como un hombre ejemplar. Su memoria fue honrada con una estampilla expedida en 1949, su nombre llegó a la Luna después de ser seleccionado por la Unión Astronómica Internacional en 1970 entre 1,500 nombres.
El billete de veinte mil pesos con la imagen de Julio Garavito Armero
Para los colombianos salió de la ingratitud histórica cuando vieron su rostro y nombre impresos en el diseño del papel moneda de 20,000 pesos. En la actualidad el billete Garavito está saliendo de circulación y en su reemplazo el Banco de la República le rinde homenaje a un político extinto.
En el 2015 la Universidad Nacional inauguró la cátedra Julio Garavito Armero en honor de uno de los egresados más ilustres de la Facultad de Ingeniería; y es considerado con José Celestino Mutis y Francisco José de Caldas, uno de los tres grandes sabios más importantes de la historia colombiana.
Héctor A. Calderón B.
Escritor, guionista y docente universitario.
Premio Nacional de Guión 2010.
Ministerio de Cultura, Colombia.